Mitos y verdades sobre la automatización en el mercado laboral. ¿Por qué la tecnología es nuestra gran aliada y no viene a reemplazarnos?
Estamos transitando una nueva era, la de la revolución tecnológica. En el corazón de esta revolución se encuentra la idea de que la tecnología es una aliada del progreso, una herramienta diseñada para ampliar nuestras capacidades y mejorar nuestras vidas, no para reemplazarnos. La robótica industrial se presenta como un socio estratégico en la evolución de nuestro mercado laboral.
La automatización, lejos de eliminar empleos, ha demostrado ser un impulsor de la riqueza y la generación de nuevos puestos de trabajo. Estamos siendo testigos de cómo la incorporación de tecnologías avanzadas no solo aumenta la eficiencia en tareas repetitivas, sino que también crea empleos especializados y, lo más importante, mejora la calidad de vida en el entorno laboral.
La educación juega un papel fundamental en este escenario. La alfabetización digital y el fomento de disciplinas STEM desde edades tempranas son inversiones cruciales para preparar a las generaciones futuras. En nuestro país, ya estamos viendo el impacto positivo de la formación en robótica, con más de 1300 egresados anuales que encuentran rápidamente su lugar en el mercado laboral.
Argentina, como pionera en el ámbito para la región, se sitúa en el puesto 17° a nivel mundial en digitalización y robótica desde 2017. La participación destacada de estudiantes argentinos en competiciones internacionales subraya nuestro potencial y la dirección hacia la que nos dirigimos.
La robótica no solamente es sinónimo de eficiencia y productividad, sino que también promueve un entorno laboral más seguro y saludable. Los riesgos asociados con tareas peligrosas son transferidos a máquinas, liberando a los trabajadores para desempeñar roles más creativos y significativos.
Es importante reconocer los desafíos que enfrentamos. La necesidad de aumentar las capacidades humanas, fomentar la innovación y garantizar la accesibilidad son prioridades que deben abordarse de manera colaborativa. El traspaso tecnológico, desde la robótica industrial hasta la robótica de servicio, presenta oportunidades inimaginables y exige una adaptación constante.
En este viaje hacia el futuro, el enfoque “humanístico” es esencial. La tecnología es una herramienta que debe aplicarse en función del hombre, no al revés. No debemos temerle, sino abrazarla con resiliencia y comprensión. La revolución robótica es un capítulo emocionante en la historia de nuestro progreso, y juntos, como sociedad y empresarios, estamos llamados a escribirlo de manera positiva y colaborativa.